Tengo puesto el auricular en la oreja y acabo de escuchar al señor Ibarra respondiendo a las preguntas de los periodistas relacionadas con la revisión de las listas electorales presentadas por el entorno de Batasuna y me acabo de quedar “encantado” con lo que ha dicho: yo no me he enterado de nada, ni me interesa, pero confío plenamente en el criterio del gobierno en materia de terrorismo.
No sé si han sido con exactitud estas palabras pero el sentido era ese exactamente.
Esa es la mentalidad de la neoprogresía española: dado que la autoridad moral la tiene el líder de turno, confiamos ciegamente en él y nos da igual enterarnos o no de algo, él lo hará perfecto porque para eso es nuestro líder espiritual.
Esa actitud, reprobable en cualquiera, falta de crítica y absolutamente irresponsable, no queda otro remedio que admitirla entre los ciudadanos porque no podemos obligar a la gente a pensar, a ser críticos ni a informarse, pero es absolutamente inadmisible en un político, más aún cuando el político en cuestión es un peso pesado dentro del partido que gobierna y encima es gobernante de una comunidad autónoma.
Sí señor, ese es el socialismo español; pura secta al servicio del líder.
Claro, así lo tiene de difícil la derecha, cuyos votantes se lo piensan y repiensan antes de meter una papeleta en una urna y son críticos con sus representantes. Eso es lo que hace que sea tan complicado ganar unas elecciones enfrentándose con quien tiene un electorado que no es otra cosa que un ejército de ciegos seguidores de la secta.
¡Que viva el espíritu crítico!
No sé si han sido con exactitud estas palabras pero el sentido era ese exactamente.
Esa es la mentalidad de la neoprogresía española: dado que la autoridad moral la tiene el líder de turno, confiamos ciegamente en él y nos da igual enterarnos o no de algo, él lo hará perfecto porque para eso es nuestro líder espiritual.
Esa actitud, reprobable en cualquiera, falta de crítica y absolutamente irresponsable, no queda otro remedio que admitirla entre los ciudadanos porque no podemos obligar a la gente a pensar, a ser críticos ni a informarse, pero es absolutamente inadmisible en un político, más aún cuando el político en cuestión es un peso pesado dentro del partido que gobierna y encima es gobernante de una comunidad autónoma.
Sí señor, ese es el socialismo español; pura secta al servicio del líder.
Claro, así lo tiene de difícil la derecha, cuyos votantes se lo piensan y repiensan antes de meter una papeleta en una urna y son críticos con sus representantes. Eso es lo que hace que sea tan complicado ganar unas elecciones enfrentándose con quien tiene un electorado que no es otra cosa que un ejército de ciegos seguidores de la secta.
¡Que viva el espíritu crítico!
4 comentarios:
Ni se ha enterado ni se piensa enterar. Llegan las elecciones y van al grito de ¡Todos a una! ¿A dónde? ¡Adonde sea!
Ya sabemos como acaban las sectas. Todos con una cara de gilis que flipas mirando como su "líder" les ha dejado las libretas del banco vacías y a las mujeres preñadas.
Pues sí, el PSOE se parece cada vez más a una secta y cada menos menos a un partido político democrático. Zapatero ha acabado con todo atisbo de democracia interna en el partido, y sólo unos pocos se han atrevido a llevarle la contraria, pues son muchos los que tienen miedo de no aparecer en la foto. Es lamentable.
Luis, ¿a dónde? ¿no lo sabes? A la rendición ante el terrorismo y al regreso de la república en donde su partido intentó un golpe de estado.
HartosdeZPorky, es que Zetapé es el líder de la seCta y de la seXta, ya verás qué llenito acaba su bolsillo y qué vacío el de todos los españoles.
Elentir, el tema de la falta de democracia interna en los partidos no es algo que me parezca mal. Mientras las listas electorales sean cerradas y no podamos votar más que a partidos y no a personas, prefiero que dentro de cada partido sigan una línea única, así sé a qué atenerme ala hora de votar, el problema viene cuando yo voto a la línea general de un partido y el fulano que llega a la poltrona hace lo contrario (véase a Galli o a Feijoo). Pero lo que no se puede permitir es que un tipo que es uno de los peces gordos de un partido no se entere, ni quiera hacerlo, de lo que su partido ve a hacer en un tema tan importante, lo normal es que se entere y, si quiere, que lo defienda o que no lo valore, pero no que diga que pasa de todo.
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