Imaginemos que cualquiera de nosotros entra en un edificio oficial, por ejemplo del gobierno autonómico de nuestra comunidad, y se lía a romper cosas, a tirar por la ventana todo lo que le cuadra y a destrozar papeles oficiales.
¿Cuál sería el resultado? Pues es fácil de imaginar: aparecería la policía, nos retendría, nos identificaría, nos interrogaría, nos ficharía y muy probablemente nos pasaríamos una nochecita en el calabozo.
Pero… ¿qué sucede si eso lo hace una pandilla de vándalos alentados e incluso dirigidos por los sindicatos? Pues que son actuaciones “desafortunadas” de unos huelguistas sometidos a una situación “atípica” de “tensión”. Así que ni policía, ni identificación, ni detención ni nada de nada.
No alcanzo a entender el porqué de esa diferencia de trato.
Ahora imaginemos que hemos solicitado un papel oficial que precisamos para alguna gestión importante, como por ejemplo la solicitud de un título oficial que es necesario presentar en un plazo determinado para presentarse a una oposición a un puesto de trabajo (es lo primero que se me ha venido a la cabeza, pero podríamos imaginar muchas otras cosas). E imaginemos que ese papel, que tarda más de un mes en llegar, es tirado por la ventana y quemado por unos huelguistas incontrolados, alentados y dirigidos por los sindicatos. ¿Qué hacemos? Lo podemos solicitar de nuevo pero… el plazo para presentarse a la oposición termina dentro de 20 días y el papelito tarda más de un mes.
Es sólo un ejemplo y supongo que los funcionarios del edificio correspondiente no tendrían inconveniente en hacerte un papel donde se indica que tal título existe pero que fue destruido por el ataque a sus instalaciones, y también supongo que al presentar los papeles para la oposición que fuese, no pondrían mayores problemas. Pero esto es una mera suposición y el lío que te han montado y los problemas de tiempo y gestión que eso acarrea no te los van a solucionar ni a pagar los sindicatos.
¿A dónde quiero ir a parar con todo esto? Pues a una conclusión inmediata y sencillísima: las leyes que regulan los derechos de huelga y manifestación deben ser corregidas inmediatamente para evitar que se produzcan situaciones como estas. Y el trato blando, y generalmente de favor, que se dispensa a los sindicatos debe terminar inmediatamente.
Al final es lo de siempre, todos somos iguales, pero unos son “más iguales” que otros.
Por cierto, que la huelga a la que se refiere el artículo enlazado ya ha estado a punto de finalizar varias veces y, justo cuando estaban a punto de llegar a algún acuerdo, los sindicatos han salido con alguna tontería nueva. ¿Tendrá eso algo que ver con que estamos a las puertas de unas elecciones? Seguro que no, que yo soy muy mal pensado.
¿Cuál sería el resultado? Pues es fácil de imaginar: aparecería la policía, nos retendría, nos identificaría, nos interrogaría, nos ficharía y muy probablemente nos pasaríamos una nochecita en el calabozo.
Pero… ¿qué sucede si eso lo hace una pandilla de vándalos alentados e incluso dirigidos por los sindicatos? Pues que son actuaciones “desafortunadas” de unos huelguistas sometidos a una situación “atípica” de “tensión”. Así que ni policía, ni identificación, ni detención ni nada de nada.
No alcanzo a entender el porqué de esa diferencia de trato.
Ahora imaginemos que hemos solicitado un papel oficial que precisamos para alguna gestión importante, como por ejemplo la solicitud de un título oficial que es necesario presentar en un plazo determinado para presentarse a una oposición a un puesto de trabajo (es lo primero que se me ha venido a la cabeza, pero podríamos imaginar muchas otras cosas). E imaginemos que ese papel, que tarda más de un mes en llegar, es tirado por la ventana y quemado por unos huelguistas incontrolados, alentados y dirigidos por los sindicatos. ¿Qué hacemos? Lo podemos solicitar de nuevo pero… el plazo para presentarse a la oposición termina dentro de 20 días y el papelito tarda más de un mes.
Es sólo un ejemplo y supongo que los funcionarios del edificio correspondiente no tendrían inconveniente en hacerte un papel donde se indica que tal título existe pero que fue destruido por el ataque a sus instalaciones, y también supongo que al presentar los papeles para la oposición que fuese, no pondrían mayores problemas. Pero esto es una mera suposición y el lío que te han montado y los problemas de tiempo y gestión que eso acarrea no te los van a solucionar ni a pagar los sindicatos.
¿A dónde quiero ir a parar con todo esto? Pues a una conclusión inmediata y sencillísima: las leyes que regulan los derechos de huelga y manifestación deben ser corregidas inmediatamente para evitar que se produzcan situaciones como estas. Y el trato blando, y generalmente de favor, que se dispensa a los sindicatos debe terminar inmediatamente.
Al final es lo de siempre, todos somos iguales, pero unos son “más iguales” que otros.
Por cierto, que la huelga a la que se refiere el artículo enlazado ya ha estado a punto de finalizar varias veces y, justo cuando estaban a punto de llegar a algún acuerdo, los sindicatos han salido con alguna tontería nueva. ¿Tendrá eso algo que ver con que estamos a las puertas de unas elecciones? Seguro que no, que yo soy muy mal pensado.
5 comentarios:
Título de la peli: "Por un puñado de votos"...
Estamos en un periodo revolucionario donde la legalidad está en suspenso, hasta nueva orden.
Lo más alucinante es que, en los debates electorales celebrados en Vigo estos días, los partidos de izquierda atacaban a la alcaldesa del PP por criticar el claro trasfondo político de la huelga. Le daba más importancia a esa crítica que a los propios incidentes provocados por los huelguistas. Qué cinismo.
HdeZP, ¡ah! Era esa la peli, yo creía que era “El bueno, el feo y los sindicatos”.
Luis, lo peor es que vemos camino de que la legalidad se suspenda definitivamente.
Elenetir, parece que en la madrugada del jueves se ha firmado un acuerdo. A ver por dónde salen ahora los de la CIG. Por lo menos, esperemos que ya se pueda salir a la calle sin riesgo de que te apaleen o te tiren un contenedor ardiendo encima del coche.
No nos debemos de sorprender, siempre las reivindicaciones de la izquierda, sindicatos y demás, está justificado cualquier medio que se emplee, menos mal que algunos aun optamos por otros medios, porque si no hoy en día ya habría comenzado como poco una guerra civil. Verdaderamente es difícil e indignante observar el día a día y ver como se premia a los asesinos, vándalos y demás o como poco se les consiente sin más. Por cierto es la primera vez que entro en tu blog, está muy bien y te enlazo en el mío, sección blog amigos. Un saludo
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