30 oct 2007

¿Quién derribó el muro?

El otro día estuve hablando de este tema y hoy leo (con un poco de retraso) un comentario de Ignacio a un post de Embajador en el infierno acerca de quién derribó el muro de Berlín. Que si lo derribó el pueblo, que si fue Gorbachov, que si fue Juan Pablo II (estos son los que más de acercan)…

Pues bien, yo lo tengo claro, clarísimo: el muro de Berlín lo derribó Ronald Reagan, aunque tuvo la inestimable ayuda del Papa Wojtyla, quien preparó el ambiente social en Europa para propiciar la caída, y también, aunque poco, de Thatcher. Sí señor, aquel presidente que había sido actor y al que tanto odia toda la neoprogresía fue un hombre grande en política.

No voy a hablar de sus reducciones de impuestos que provocarían el colapso cardíaco de cualquier político de izquierdas, ni de su política social basada en la libertad individual y cuyos resultados pueden sonrojar a aquellos que se llaman socialistas. No, sólo voy a decir una cosa: Reagan era consciente de que la Unión Soviética se regía económicamente por planes quinquenales calculados milimétricamente que apenas admitían rectificaciones y que cada uno de ellos venía ya condicionado por el resultado del anterior. Eso, para Estados Unidos, que era una potencia económica, era una enorme ventaja. Tan sólo tuvo que llevar a cabo una política miliar determinada.

Además de aumentar en número y en dotación todas sus bases enclavadas en puntos estratégicos, Reagan disparó el presupuesto en todas las actividades relacionadas con la defensa. Esto fue algo que la Unión Soviética no pudo pasar por alto. En plena Guerra Fría no podían permitirse el lujo de quedarse rezagados y de que su enemigo irreconciliable se pusiera muy por delante de ellos en su poderío militar. Por tanto la URSS se vio obligada a responder y elevar sus fondos destinados a defensa. Ello provocó un desajuste en su plan quinquenal que no podía ser solucionado salvo que fuera de corta duración.

No fue así. Reagan continuó su política de gasto en defensa y los soviéticos se vieron en la obligación de responder al órdago. La economía soviética se hundió obligándoles a abandonar el “peso muerto” que suponían los países de la Europa del Este que se mantenían a su costa. Pronto toda la Europa del Este se vio inmersa en una crisis económica. La URSS se disgregó de la mano de Gorbachov, que hizo lo único que podía hacer para evitar una ruina aún mayor, y finalmente el muro de Berlín se vino abajo.

No importa si los martillazos al muro se los dieron las excavadoras de un gobierno o las gentes de un país, el que derribó el muro fue Reagan en su lucha por frenar el avance del comunismo/socialismo que parecía imparable desde Lenin.

Me parece que esta es la única interpretación posible de la realidad, pero claro, como todo, también es discutible ;o)

15 comentarios:

Ignacio dijo...

A ver:
el muro lo derribó la gente. el pueblo.
Reagan presiono forzandola maquina: con la guerra de las galaxias, la de los satelites acogotó la economía soviética; e hizo muy bien; la Thatcher hizo lo suyo, entre otras ciscarse en las presiones de la progresia europea y apoyar a Reagan y al papa, que fué la ocasión en que dijo que dejaba el cargo si había movimientos de tropas.
Pero el muro, fisicamente, lo echó abajo la gente.
No "cayo"

Interruptor dijo...

Bueno, si se trata de quién dio físicamente los golpes que derribaron el muro, pues los primeros fueron los militares de la nueva Alemania unida, creo que desde el lado oriental, que abrieron una especie de puerta de un par de metros y la tumbaron hacia el lado occidental (a lo mejor lo estoy cambiando de lado, mi memoria no llega a tanto). Esa foto dio la vuelta al mundo y seguramente si buscamos imágenes de la caída del muro seguro que está en todas partes. A partir de ahí, todo el que tenía una herramienta con la que golpear y manos para apartar los escombros ayudó a deshacer el muro. Pero sigo pensando que el derribo físico del muro es algo anecdótico, puramente simbólico. Lo importante fue la situación socio-político-económica que dio lugar a ese derribo. ¿No te parece?

Luis Amézaga dijo...

Se cayó por su propio peso. Como una muela careada.

Marta Salazar dijo...

así es, no es la única interpretación posible... pero es una buena aproximanción al tema, que se agradece.

te elegí blog del día, hoy, recién!

Benita Pérez-Pardo dijo...

Interesante. La verdad es que no lo sabía.

Mi hermano Diego decía que lo derribo Juan Pablo II "a rosariazos". Me pareció una buena explicación y no le dí más vueltas. Aunque claro, no es incompatible con la política del presidente americano ¿no?.

Un saludo

El Paiser dijo...

Bueno, lo derribó Ronal Rigan y la presión de todas las democracias que le rodeaban.

Saludos antiZ

Ignacio dijo...

Elementos clave:
La thatcher, Reagan y el Papa Juan Pablo.


Lo demás, claro.
Pero decir "cayo" el muro implica que no paso nada. deir "lo echaron abajo" significa que el pueblo no quería al izquierdismo ni al comunismo; por eso se usa Cayó y no lo echaron abajo.
Yo iba por ahí.

Emperador dijo...

Opino lo que Ignacio. El muro cayo por el hartazgo de las gentes sojuzgadas por el comunismo, aunque los EEUU pusieron su granito de arena.

Elentir dijo...

Nunca había visto esta cuestión desde ese punto de vista, Interruptor. Me ha gustado mucho tu análisis.

Interruptor dijo...

Luis, las muelas no caen, las arranca el dentista. Mientras tanto, la caries provoca dolores insoportables y creo que el muro ya estaba provocando demasiados dolores a todo el mundo.

Gracias Marta, sigo pensando que me tienes en más estima de lo que merezco.

Benita, ZapatoVelozz, Ignacio y Chinito, a ver, efectivamente, y lo digo en la entrada, la labor de Juan Pablo II fue fundamental para proporcionar una actitud en las sociedades de todos los países europeos, e incluso en los políticos de todos los países. Es probable que sin esa actitud social y política el muro nunca hubiese sido derribado, pero aún con esa actitud, sin una presión económica insoportable para la unión soviética, hubiesen aguantado contra viento y marea como lo venían haciendo. De todas maneras, no le voy a quietar mérito a la actitud de la sociedad tanto alemana como de toda la Europa oriental, que ya estaban hasta el gorro de tanto comunismo y tanta opresión, en concreto me produce especial admiración la llamada Revolución de Terciopelo en Praga, ejemplo de cómo derribar un gobierno de forma pacífica.

Ignacio, lo del vocabulario utilizado con el fin de suavizar o incluso de tergiversar el sentido de las cosas, tienes toda la razón. Siempre se habla de caída del muro igual que se habla de caída de los regímenes comunistas cuando la realidad es que fueron derribados con empeño, esfuerzo y vidas.

Elentir, gracias, pero el análisis es sencillo, sólo hay que mirar la causas del derrumbe de la antigua URSS y se ve claro.

El Cerrajero dijo...

El muro se cayó de vergüenza.

Caballero ZP dijo...

Coincido con Cerrajero, saludos.

Interruptor dijo...

Pues yo no del todo. “Muro de la vergüenza” era el nombre que se le daba popularmente en los países occidentales, pero en los orientales era el “Muro de contención antifascista”, y fueron sobre todo los orientales los que tenían más ganas de derribar el muro y los que lo golpearon con más fuerza para destrozarlo. Más bien da la sensación de que en la zona este no tenían interés en contener ese supuesto fascismo que no era tal.

No fue la vergüenza, fueron las ganas de liberarse de los sinvergüenzas. Es parecido pero no es igual.

Natalia Pastor dijo...

Los que apunta Interruptor lo derribaron ideológicamente. El pueblo demostró su apoyo derribándolo físicamente; terapia de incalculable valor.

o s a k a dijo...

fue Reagan

el vaquero se echó el farol de la guerra de las galaxias y dio el golpe de gracia al castillo de naipes soviético

post y comentarios interesantísimos

ahora nos toca lidiar con los que viven del mito, cuya principal fortaleza es su decidida disociación formal de la realidad

n a c o
mequedaoagusto