Ayer, hablando sobre la poca gracia que me ha hecho la fusión de las cajas de ahorro gallegas, comentábamos que Corina Porro, la que será candidata a la alcaldía por el PP en las próximas municipales, había defendido la fusión desde el principio, igual que su jefe de filas Feijoo.
Comentaba yo que con esto podría haberse consumado una reelección del actual inútil que tenemos por alcalde, que con mucha inteligencia política se enfrentó a la unión aunque realmente le importaba muy poco, y alguien me decía que eso será si le votamos. Le respondía que yo no le iba a votar y me dijo que si no votaba a Corina, le votaría a él por omisión.
No seguimos porque era tarde y la cosa quedó así, pero cuando lo vea de nuevo supongo que continuaré la conversación y pretendo explicarle algo. Y es que Corina ya fue alcaldesa gracias a una ruptura de los pactos entre PSdeG y BNG en el ayuntamiento de Vigo. En ese tiempo, que no llegó a una legislatura completa, los dos problemas que a mí más me preocupan de esta ciudad no sólo no mejoraron sino que empeoraron considerablemente.
Por un lado el tráfico se está haciendo insufrible, pero lejos de ampliar carriles, coordinar semáforos y aumentar el espacio de aparcamiento para que podamos dejar el coche enseguida en vez de estar formando parte de atasco durante horas para encontrar un sitio, lo que hizo Corina fue peatonalizar calles, ensanchar aceras reduciendo carriles y eliminar plazas de aparcamiento. El resultado evidente fue un empeoramiento de los problemas de tráfico.
Por otro lado, el urbanismo de esta ciudad es un desastre. Desde hace muchos años se hace política de hechos consumados y la corrupción está a la orden del día. Por una parte hay multitud de construcciones ilegales que no se derriban porque habría muchos vecinos afectados y el follón no favorecería a ningún político. Por otra parte se firman licencias, tras recibir el “cazo” correspondiente, y cuando se denuncian porque se firmaron sin cumplir los mínimos que marca la ley, tampoco se hace nada porque el responsable es el ayuntamiento y tendría que pagar un pastón en indemnizaciones. Por ello los esfuerzos de PP y BNG en el ayuntamiento han ido siempre encaminados a legalizar lo ilegal, con lo que se fomenta la continuidad de este caos urbanístico.
No pienso votar a Corina ni a Caballero porque lo que han demostrado ambos es que les importa una m… esta ciudad y sólo quieren ocupar la poltrona. Me da igual que el alcalde sea uno o el otro porque van a hacer lo mismo: perjudicar a esta ciudad.
1 comentario:
Mecachis!!. Con el Gobierno andamos parecido. Ni uno ni otro y entre discusión y discusión el país a la ruina!
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