11 mar 2011

11-M




Padre nuestro que estás en los Cielos
Santificado sea tu nombre
Venga a nosotros tu Reino
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo
Danos hoy nuestro pan de cada día
Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
Y líbranos del mal
Amén

Descansen en paz las víctimas de un terrible asesinato del que hoy es el aniversario, y las de tantos otros asesinatos.

Hoy prefiero acordarme de las almas de los fallecidos, no de politicuchos, jueces ni TEDAX, eso es para otro día.

Sobre la patulea de gilipollas garzonistas, defensores de delincuentes y apologistas de la prevaricación que deberían acompañar a su ídolo en el banquillo, no voy a decir nada que no digan ellos mismos con sus actos y sus palabras.

4 comentarios:

ARCENDO dijo...

Amen a esa oración. Descansen en paz las víctimas y sobre los culpables recaigan todas las justicias. Divinas, y si es posible, alguna vez, también las humanas.
ABRAZOS.

Interruptor dijo...

Arcendo, es seguro que la Divina llegará. La humana sería deseable, pero es más importante la otra, que aquí estamos de paso.

Un abrazo.

Natalia Pastor dijo...

Siete años después de la masacre seguimos sin saber QUIEN o QUIENES colocaron las bombas, QUIEN O QUIENES sus autores intelectuales, POR QUÉ se destruyeron los trenes y las pruebas, ...hasta reunir un cúmulo de más de cien cabos sueltos que dejan en evidencia que tanto la investigación de los atentados como la sentencia de Bermúdez son una falacia absoluta.

Ciento noventa y dos muertos, miles de mutilados y un pais que dió un vuelco a su Historia,exigen saber la verdad y que los responsables paguen por su crímenes, caiga quién caiga, aunque haya que poner este pais patas arriba.

Decía Thomas de Quincey en su obra "El asesinato como una de las bellas artes", que si se quiere saber quién está detrás de un crimen, empiecen por ver a quién beneficia".
Yo añadiría a esa cita, "y quién impide que se investigue y se sepa la verdad".
Aten cabos.

Anónimo dijo...

Amén. ¡La Verdad triunfará!
Un abrazo.