Según este artículo, desde finales de los 90, aproximadamente desde que participó en la disputa por la secretaría general de PSE con Nicolás Redondo Terreros, Rosa Díez habría comenzado una metamorfosis en la que iría dejando de lado sus principios, donde abandonaría eso que la hacía una auténtica socialista de pro, para dedicarse únicamente a querer medrar intentando incluso “robarle” (no lo dice así pero más o menos lo da a entender) el liderazgo a Zetapé, donde se habría estrellado llenándose de rencores.
Pero lo terriblemente sorprendente es que si tiramos de memoria y de archivo, recordaremos que ese mismo diario digital del grupo PRISA se hartó de echar flores a Rosa Díez cuando se presentó al parlamento europeo. Entonces era el paradigma de mujer socialista luchadora que hacía del PSOE el mejor de los partidos políticos.
¿Quién ha cambiado entonces? Rosa Díez siempre ha mantenido un discurso coherente y cualquiera que recurra a los archivos o a su memoria verá que es así y que, aunque estuvo a favor de pactos con nacionalistas, siempre fue bajo la premisa de la repulsa al terrorismo. El País tampoco ha cambiado aunque pueda parecer que sí. Ese cambio de discurso no es más que la actitud lógica en una neoprogresía que siempre ha estado al lado de la línea oficial del PSOE, sea cual sea ésta y aunque eso suponga contradecirse a sí mismos una y otra vez, ello no les produce el más mínimo rubor. Estuvieron a su lado cuando lo dirigía González, siguieron allí cuando lo dirigió Almunia y continúan su seguidismo ahora que lo rige Rodríguez.
Si Rosa Díez no ha cambiado y la neoprogresía tampoco, ¿qué ha cambiado? Pues ni más ni menos que lo que la señora Díez viene denunciando de un tiempo a esta parte, la deriva del PSOE, la línea oficial de la dirección de un partido que pasó de luchar contra el terrorismo con terrorismo de estado (pero luchaba) con González, a defender una lucha legal con Almunia, para hora desmarcarse de esa línea y arrojarse, con los ojos vendados, a los brazos de los más radicales, excluyentes y violentos nacionalismos.
Sí señor. No se le puede reprochar al diario digital un cambio, sólo una pequeña ausencia de memoria. Tampoco a Rosa Díez se le puede acusar de tal cosa. Únicamente el señor Rodríguez Zapatero y su banda son responsables de la enrarecidísima situación política y social en que vivimos y que ahora provoca que gente como Rosa Díez, Savater y otros que son socialistas históricos, renieguen del partido con el que hasta ahora habían navegado para buscar otros caminos que no les aparten de los principios que el PSOE ha abandonado puede que definitivamente.
Ahora sólo queda saber si ese nuevo partido, de los desencantados con el viraje nacionalista radical de Zetapé, puede conseguir representación suficiente para ejercer de bisagra y poder apartar de la escena política nacional al salvaje nacionalismo radical y violento que hoy maneja los hilos de la política nacional.