De verdad que me estoy quedando perplejo a leer en todas partes la información sobre la derrota de Trinidad Jiménez en clave de derrota de Zetapé, como si a estas alturas de la película a Zapatero le importase lo más mínimo quién es el candidato a ser comido con patatas en su enfrentamiento con Esperanza Aguirre. Que no, que esto es una trampa para Trinidad que fuese cual fuese el resultado, ella saldría perdiendo.
Todos, incluido él mismo, sabemos que Zetapé terminará su carrera política dentro de un año y pico, incluso nos han dicho ya que “posiblemente” no se presente a las próximas elecciones porque la educación de sus hijas requiere más atención. Desde ese momento ha comenzado, dentro del PSOE, una batalla por colocarse en el primer lugar de la parrilla de salida en la carrera por la sucesión. Es más, yo diría que ya ha empezado esa carrera.
En esa competición hay varios nombres que sonaban con fuerza. En primer lugar estaba Bono, que era el mejor colocado y que más peso tenía en el partido, pero ya se han encargado de cargárselo. Sí, se lo han cargado desde dentro, ¿quién, si no, tenía toda la información sobre su patrimonio que ha salido a la luz? Alguien puede pensar que si hubiera salido del propio partido socialista habrían dado la información a El País que es su diario afín, pero precisamente por eso no fue así. Por un lado Bono tiene demasiado peso en la prensa socialista, y por otro lado no le atacarían con saña, sino que escribirían una columnita sin muchas ganas y listo, eso si es que hacía caso al asunto. Pero si se le ponía el cebo a los del otro lado, a Intereconomía, era seguro que el ataque iba a ser feroz. Así Bono quedó tocado y aunque tenga tiempo de rehacer algo su imagen antes de la decisión definitiva sobre quién será el sucesor de Zetapé, con el más mínimo recordatorio sobre el asunto ya estará defenestrado.
Por otro lado sonaba Trinidad, que alguien, desde dentro, ha convencido para que se embarcase en esta aventura desastrosa para ella. Desastrosa desde el principio hasta el final porque si perdía en las primarias, como ha sucedido, quedaba claro (ha quedado claro) que no la querían ni en casa, y si ganaba las primarias, Esperanza la bapulearía defenestrándola para los restos.
Ahora quedan dos nombres, Chacón y Pepiño. Y apuesto a que la próxima en sufrir los rigores de la lucha será doña Carmen. Tengo el convencimiento personal de que Blanco, que daría un riñón o vendería a su madre por ser candidato, y Rubalcaba, que es la mano que mueve los hilos desde la sombra, están detrás de todo esto que va encaminado a que el ministro de fomento sea el próximo candidato a la presidencia. Pepiño, desde que es ministro, se ha empeñado en un cambio de imagen, tanto política (ha abandonado su “fiereza” y se ha convertido en el colmo del diálogo y hasta se lleva bien con los pesos pesados del PP, Espe y Feijoo) como física (cambio de look). Por detrás hay otro, experto en estas lides, que le hace el trabajo sucio.
Con todo esto no quiero decir que me guste más o menos cualquiera de los posibles sucesores del presidente, que me dan exactamente igual, simplemente quiero decir que estoy plenamente convencido de que toda la información sobre el asunto está desenfocada, que no se está viendo lo que en realidad hay detrás.
Y relacionado con lo que ha sucedido en la FSM, me gustará ver lo que pasa en su equivalente pepero, en Asturias, donde están en plena pelea la actual dirección de los populares asturianos y el exministro de fomento Cascos con el apoyo de Génova 13. A ver quién sale vivo de ésta.
Actualización: Un día después de escribir esto, leo en LD que el propio Tomás Gómez ha dicho que ni Blanco ni Rubalcaba querían su candidatura. Pero lo que él no dice, o no sabe, es que el resultado les vale igual, sólo es que tenían que apoyar a Trini para que se estrellara convenientemente.
Todos, incluido él mismo, sabemos que Zetapé terminará su carrera política dentro de un año y pico, incluso nos han dicho ya que “posiblemente” no se presente a las próximas elecciones porque la educación de sus hijas requiere más atención. Desde ese momento ha comenzado, dentro del PSOE, una batalla por colocarse en el primer lugar de la parrilla de salida en la carrera por la sucesión. Es más, yo diría que ya ha empezado esa carrera.
En esa competición hay varios nombres que sonaban con fuerza. En primer lugar estaba Bono, que era el mejor colocado y que más peso tenía en el partido, pero ya se han encargado de cargárselo. Sí, se lo han cargado desde dentro, ¿quién, si no, tenía toda la información sobre su patrimonio que ha salido a la luz? Alguien puede pensar que si hubiera salido del propio partido socialista habrían dado la información a El País que es su diario afín, pero precisamente por eso no fue así. Por un lado Bono tiene demasiado peso en la prensa socialista, y por otro lado no le atacarían con saña, sino que escribirían una columnita sin muchas ganas y listo, eso si es que hacía caso al asunto. Pero si se le ponía el cebo a los del otro lado, a Intereconomía, era seguro que el ataque iba a ser feroz. Así Bono quedó tocado y aunque tenga tiempo de rehacer algo su imagen antes de la decisión definitiva sobre quién será el sucesor de Zetapé, con el más mínimo recordatorio sobre el asunto ya estará defenestrado.
Por otro lado sonaba Trinidad, que alguien, desde dentro, ha convencido para que se embarcase en esta aventura desastrosa para ella. Desastrosa desde el principio hasta el final porque si perdía en las primarias, como ha sucedido, quedaba claro (ha quedado claro) que no la querían ni en casa, y si ganaba las primarias, Esperanza la bapulearía defenestrándola para los restos.
Ahora quedan dos nombres, Chacón y Pepiño. Y apuesto a que la próxima en sufrir los rigores de la lucha será doña Carmen. Tengo el convencimiento personal de que Blanco, que daría un riñón o vendería a su madre por ser candidato, y Rubalcaba, que es la mano que mueve los hilos desde la sombra, están detrás de todo esto que va encaminado a que el ministro de fomento sea el próximo candidato a la presidencia. Pepiño, desde que es ministro, se ha empeñado en un cambio de imagen, tanto política (ha abandonado su “fiereza” y se ha convertido en el colmo del diálogo y hasta se lleva bien con los pesos pesados del PP, Espe y Feijoo) como física (cambio de look). Por detrás hay otro, experto en estas lides, que le hace el trabajo sucio.
Con todo esto no quiero decir que me guste más o menos cualquiera de los posibles sucesores del presidente, que me dan exactamente igual, simplemente quiero decir que estoy plenamente convencido de que toda la información sobre el asunto está desenfocada, que no se está viendo lo que en realidad hay detrás.
Y relacionado con lo que ha sucedido en la FSM, me gustará ver lo que pasa en su equivalente pepero, en Asturias, donde están en plena pelea la actual dirección de los populares asturianos y el exministro de fomento Cascos con el apoyo de Génova 13. A ver quién sale vivo de ésta.
Actualización: Un día después de escribir esto, leo en LD que el propio Tomás Gómez ha dicho que ni Blanco ni Rubalcaba querían su candidatura. Pero lo que él no dice, o no sabe, es que el resultado les vale igual, sólo es que tenían que apoyar a Trini para que se estrellara convenientemente.
4 comentarios:
Mi tesis desde el principio es que era todo una campaña de márketing para dar a conocer a “Tomás Ynodigomás”.
Un saludo.
Es posible que a Gómez le venga bien todo esto para hacerse algo de publicidad entre los simpatizantes de su partido, pero hay que tener en cuenta la inutilidad de esta publicidad, puesto que su contrincante en las autonómicas crea “pasiones”, a favor en contra, pero no deja indiferente a nadie.
Así pues, alguien que no soporta a Esperanza Aguirre, si es de izquierdas no necesita que le hagan publicidad del candidato socialista, y alguien que admira a la “popular” va a pasar en moto de la publicidad del señor Gómez. Así pues, me parece del todo inútil esa supuesta campaña publicitaria.
Si en unos meses vemos cómo la señora Chacón sufre un batacazo, sea sobre su carrera política (como Trini) o sobre su persona (como Bono), podremos comprobar si tengo razón. Aunque tampoco descarto que no la ataquen porque no creo que tenga entidad suficiente para enfrentarse a Blanco. Aún así sospecho que preferirán no arriesgarse y la despacharán en cuanto vean la ocasión.
Se inicia el postzapaterismo con la victoria de Tomás Gómez frente al aparato de Ferraz y al propio Zapatero que apostó a todo o nada por Trinidad Giménez.
Zapatero es cuestionado abiertamente dentro de su propio partido e incluso existe preocupación entre el resto de la extrema izquierda que lo ve como su caballo de Troya, de cara a que no se presente como candidato al 2012.
La izquierda extrema y garbancera cree,ilusa, que cambiando de caballo el personal va a tragar con los 5 millones de parados y votar al puño y la rosa, que es lo mismo que decir hambre,paro y miseria.
Algunos apuntan incluso como candidato al ex portavoz del Gobierno del GAL, el del chivatazo del "caso Faisán", el que evitaba las pisadas de cal viva, el de "España no se merece un gobierno que mienta"... el ínclito Rubalcaba.
¡¡¡Cómo de desesperados andan!!!
Insisto, Natalia, no es una victoria frente a Zetapé. Al presidente no le importa porque sabe perfectamente que tiene los días contados en su puesto. Y tampoco ha sido un victoria de Gómez, eso es lo de menos porque no tiene futuro frente a Esperanza, La victoria ha sido de los conspiradores Rubalcaba y Pepiño, los mismo que hoy salen en las fotos del ABC “consolando” a Trini.
Sí, hay quien habla de Rubalcaba como sustituto de Zapatero, pero yo no lo creo. D. Alfredo es un depredador de las sombras. Se maneja mucho mejor ejerciendo el poder por detrás, donde apenas se le ve maniobrar. No, él no será candidato, él será la mano derecha de un candidato que debe poner la cara, y estoy convencido de que ese será Pepiño Blanco.
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