Se aprueba que Grecia se endeude en 120.000 millones más de los que ya tenía de deuda. Habiendo dinero, su gobierno sufrirá la tentación de seguir gestionando de pena y tirando la pasta. Sólo nos queda rezar para que Grecia no caiga en esa tentación porque nos llevaría a todos en la caída.
Ahora el riesgo es que otros países (léase Portugal, España, Italia e Irlanda) pidan también su balón de oxígeno. La cuestión será: ¿por qué a Grecia sí y a los demás no? Pero las economías de España y de Italia son demasiado grandes para mantenerlas a base de balones de oxígeno, y no quedaría más remedio que dejarlas quebrar, que recuperasen la peseta y la lira, cada cual la suya, y que empezasen de cero a reconstruir unos países en bancarrota.
Más nos vale que en Grecia funcionen de verdad las medidas tomadas y que los demás tomen ejemplo. Pero en España, con Zetapé, lo veo tan, tan, tan complicado…
Sigo viendo el futuro de España como el chapapote.
1 comentario:
Han salvado de momento su euro y sus propias emisiones de deuda, no a los griegos, que ahora comenzarán un durísimo peregrinar por el desierto que desembocará en una Grecia tercermundista. Grecia ya no es de los griegos.
¿España?, antes de que acabe el año la veremos en la UVI. Los números cantan.
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