8 mar 2009

Más recuerdos

Hoy le toca el turno a una serie que si no se ha visto en su momento puede resultar del todo decepcionante, pero era genial. Se trata de Mazinger Z, una serie de animación japonesa que al verla hoy piensa uno que los dibujos son penosos y la animación desastrosa, pero, como todo, hay que ver las cosas pensando en el momento en que sucedieron. Esta serie fue un éxito rotundo y casi ningún niño perdonaba ni un solo capítulo.

Es del año 1972 y se hicieron 92 episodios de media hora de duración que se emitieron en dos temporadas. En España fu la primera cadena de TVE la encargada de emitirla los sábados en la sobremesa.

Su argumento era absolutamente repetitivo, salvo un decena de episodios en que pasaba algo diferente, el resto se reducían a la aparición de monstruos mecánicos que se enfrentaban a Mazinger Z y tras un inicio en que parecía que los malos ganarían, el héroe terminaba por darle la vuelta a la situación y vencer.

La base era que dos científicos, el Dr. Kabuto y el Dr. Infierno, descubrían la manera de hacer enormes robots. El Dr. Infierno intenta convencer a su compañero de que se una a él y juntos dominar el mundo pero Kabuto se niega y se enfrentan. Entonces un asesino a sueldo del Dr. Infierno mata al Dr. Kabuto, que antes de morir le cuenta el secreto a su sobrino y le da unas breves instrucciones sobre cómo manejar al super robot de un material especial, la aleación Z, que había construido para detener al malvado Dr. Infierno. A partir de ahí todo eran luchas entre robots.

Aquí tenéis una muestra de los poquísimos episodios que tenían algo más de argumento. Observad la calidad de los dibujos y veréis lo poco que necesitábamos en aquellos años para disfrutar de una serie de televisión.



Otros recuerdos.

2 mar 2009

Hola, Hola, Hola Galicia es española

Que Galicia es una más de las regiones españolas es una obviedad que muchos nunca habíamos puesto en duda. Pero tras cuatro años de gobierno bipartito comenzábamos a vivir en una realidad paralela, denominada “Galiza”. Los habitantes de esa nueva tierra debíamos “invertir” nuestro lenguaje y nuestras costumbres para que fuesen acordes con la tradición legendaria de la nueva tierra. Los españoles nacidos en Galicia no podíamos denominarnos españoles y pedíamos derechos tan estrambóticos como que los españoles, residentes en Galicia, pudiesen estudiar en español. Sólo se nos reconocía un derecho relacionado con España, en forma de obligación, pagar a hacienda que por cierto eran los únicos documentos públicos que recibíamos en español.

Pero los gallegos hemos conseguido olvidar diferencias ideológicas de izquierdas y derechas para poner a los nacionalistas en su sitio, en la minoría que le corresponde, y tras cuatro años de pesadilla hemos podido salir de “Galiza” y regresar a la siempre acogedora España. Espero que el señor Feijoo sepa interpretar los resultados y no se encuentre con una larga fila de votantes pidiéndole que les devuelva su voto.

La “no victoria” del PP

¿Por qué este título? Pues porque es exactamente lo que ayer sucedió en Galicia, hubo una “no victoria” del PP. Está clarísimo, el PP no ganó las elecciones autonómicas, las perdieron los del bipartito, un Bloque que ha demostrado hasta la nausea su vocación fascista y dictatorial y un PSdeG que ha consentido a los nacionalistas campar a sus anchas por Galicia sin pararles los pies, además de creerse que esto era su taifa particular y que nuestro dinero tenía como fin el permitirles todos sus caprichos.

Está claro que Feijoo no ganó, sino que perdieron los otros dos. Lo que es increíble es que después de cuatro años de desmanes, despilfarros, imposiciones inaceptables, ataques directos a la libertad, etc. el PP no haya tenido un líder capaz de conseguir más de 40 escaños, que sería lo normal.

Sucedió algo muy llamativo, y es que al mediodía la participación era escasísima, para después superar todas las expectativas. Puedo estar equivocado pero, por lo que oigo a la gente, creo que eso se debió a que muchos de los que al final votaron al PP estaban esperando que hubiese algún tipo de información de sondeos o de lo que sea que indicase que no hacía falta ir a votar, aunque fuese un golpe de estado ;P Pero como no había nada que indicase que los nacionalsocialistas habían perdido, hubo que salir en masa para evitar que los energúmenos repitiesen, aunque fuese con guantes para no sentir el tacto, con pinzas en la nariz para no notar el hedor y mirando hacia otro lado para no ver lo que estaban haciendo.

De las elecciones de ayer sólo se saca una conclusión muy clara, y es que los gallegos pueden ser de derechas o de izquierdas o de centro, pero claramente no son nacionalistas.

Ahora vigilaremos muy de cerca al señor Feijoo a ver si realmente cumple sus promesas, a ver si realmente nos pregunta en qué idioma queremos escolarizar a nuestros hijos y si deroga el decreto famoso que su propio partido aprobó y que tanto dolor de cabeza nos está causando. Miraremos con lupa lo que hace, especialmente lo harán quienes le han dado la clave para recuperar el gobierno gallego, los de Galicia Bilingüe.

Esperemos que los gallegos no se arrepientan de lo que pasó ayer. Si bien dudo de que Galicia haya ganado, al menos no ha perdido.

Por otro lado, parece que en Vascongadas se está empezando a disipar el miedo y que el hartazgo de la gente ha llegado a superar su temor, así que ya hay más votantes de partidos nacionales que nacionalistas.

Lo que llegó a resultarme cómico fue la intervención del jefe de filas del PP vasco, Antonio Basagoiti, que parecía que hubiese conseguido duplicar sus votos. Señor Basagoiti, ¡¡¡que han perdido ustedes dos representantes!!!

Ahora es el momento de que el PP empiece a hacer cálculos: ha conseguido recuperar la Xunta por la reacción contra el nacionalismo, y en Vascongadas ha perdido representantes desde que echó a María San Gil. Y si no se dan cuenta de por dónde van los tiros, que esperen a las europeas, que no hay que echar a los nacionalistas de ningún sitio, ya verán por dónde se mueve el electorado.

Señor Rajoy, ya me imagino que usted no será el próximo candidato a la presidencia por su partido, que lo dejará unos meses antes para dar paso a un sucesor sin tiempo de que le den demasiadas tortas sus adversarios. Pero le pido una cosa: sea valiente de verdad y no ponga un sucesor a dedo, deje que las bases del partido elijan con total libertad, pero de verdad, no eliminando contrincantes con malas artes como lo hizo usted en el último congreso. Pero algo me dice que tiene usted tan poco respeto a la libertad como cualquier otro miembro de los dos grandes partidos, o sea, absolutamente ningún respeto.