Si os preguntan qué os parece una silla que cuesta 2.000 euritos, seguro que todos pensáis en las que ha puesto la Xunta de Galicia en sus salas de juntas, para usar una vez por semana, a razón de 2.269 euros cada una. Y además daréis por hecho que es carísima, un despilfarro. Pero si os digo que no, que se trata de una silla especial para un niño con parálisis cerebral, para que pueda desenvolverse con una cierta normalidad, ¿qué os parece entonces? Seguramente pensáis que el gasto estaría más que justificado.
Pues la Xunta de Galicia piensa que se pueden gastar el dinero del contribuyente en amueblar salas de reuniones con sillas de 2.269 euros que se van a usar una vez a la semana pero que no se pueden pagar 2.000 euros por una sola silla que va a solucionar una buena parte de las dificultades con que se encuentra diariamente un niño con minusvalía.
Elentir nos lo cuenta y nos enseña la foto de Pablo, el niño que necesitaba la silla.
Ese es el gobierno del señor Touriño y el señor Quintana. Y ahora, sigan votándoles.
Pues la Xunta de Galicia piensa que se pueden gastar el dinero del contribuyente en amueblar salas de reuniones con sillas de 2.269 euros que se van a usar una vez a la semana pero que no se pueden pagar 2.000 euros por una sola silla que va a solucionar una buena parte de las dificultades con que se encuentra diariamente un niño con minusvalía.
Elentir nos lo cuenta y nos enseña la foto de Pablo, el niño que necesitaba la silla.
Ese es el gobierno del señor Touriño y el señor Quintana. Y ahora, sigan votándoles.
6 comentarios:
A Touriño y Quintana, esto les resbala absolutamente.
Ellos están en otra dinámica,en pleno señorio feudal con caprichos de nuevos ricos,eso si, a cargo del erario público.
Esperemos que los gallegos racionalicen y hagan un ejercicio pleno de discernimiento, y no se suiciden votando a esta caterva que va a hundir Galicia para decenios.
También colaboraría en la silla para Pablo, y, además, exigiría que se dedujera de los impuestos, sobre todo si tributara en Galicia, que no es el caso. Pero vamos, aunque no se deduzca también colaboro.
En Galicia trabajé´los 3 primeros años de mi profesión, es otro mundo que a los castellanos nos es difícil de entender, aunque tampoco entiendo a mi paisano Zapatero; o quizá le entiendo demasiado bien -se trata de aguantar en la "silla" como sea-.
Para pasar unos días me encanta Galicia y Portugal, sobre todo porque los precios son asequibles para familias numerosas y puedes sentarte en una terraza -si no llueve- sin advertir a los niños que al que pida algo saliéndose del presupuesto le degüellas.
Al contrario que a tí me gusta Portugal, quizá porque hemos ido a Fátima todos los años, desde el 81 en que nos casamos, y solo me explico por la intercessión de la Virgen que estemos como estamos (juntos, contentos, sanos...
Luis llego a tener obsesión de comprar una casita barata en Portugal para ir allí; al final le dije que solo me hipotecaba para ello si la disyuntiva era eso o el psiquiatra. Parece que lo entendió y se le olvidó la idea.
Un abrazo
María Jesús
Natalia, el problema es que no parece que existan alternativas, porque Feijoo no ofrece absolutamente ninguna confianza. Tras varios años sin hacer nada productivo y menospreciando a los votantes del PP, ahora quiere hacer clientela a última haciendo promesas electorales que no nos creemos que vaya a cumplir y ofreciendo un cambio en una política lingüística que él ha apoyado hasta ahora. La política urbanística que ofrecen es la misma que el BNG. La política social compite con la del BNG en chorradas. La política económica, si es que la tiene, no nos la cuenta. Y sobre la lengua, no me creo nada de un tipo que se ha autodefinido públicamente como nacionalista, que ha participado en homenajes a los padres del nacionalismo, como Castelao, y que es uno de los responsables de la ley del mínimo 50% en gallego en la educación.
¿Tenemos alguna esperanza real los gallegos?
Mª Jesús, Elentir está en trámites de ponerse en contacto con la familia de Pablo y, si lo logra, es posible que se monte, a petición de sus lectores, una campaña de recogida de fondos para esa silla. Puedes estar pendiente en su blog.
Lo de los precios de Galicia, depende un poco de las zonas, pero desde luego no son los de Madrid. Tomar unas raciones por la zona de las rías altas es una maravilla, tanto por calidad como por precio.
Un abrazo.
Es una vergüenza que en un país civilizado un discapacitado no tenga una silla de ruedas decente mientras el dinero del contribuyente se va para cosas “más importantes”. Es una buena muestra de que aún existe la España profunda.
Muchas gracias por el enlace, Interruptor. Leí la historia de Pablo estos días que estuve sin escribir en el blog, y quería empezar de nuevo hablando de él. Desde luego, esto es una auténtica vergüenza.
estoy con todos, Interruptor: es un robo a mano armada y una vergüenza que "aquí no pase nada"
¿habrá una sana reacción por fin?
n a c o
atómicoautonómico
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